miércoles, 29 de octubre de 2008

Prevenir la diabetes con ejercicio

Una dedicación mínima de 30 minutos diarios permite prevenir hasta en un 60% los casos de diabetes mellitus tipo 2

Los beneficios del ejercicio físico en la reducción del riesgo cardiovascular parecen fuera de discusión. Por si no quedara claro en qué consiste dicho ejercicio físico saludable, expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) puntualizan que un ejercicio físico moderado y saludable comprende dedicar al menos 30 minutos diarios de paseo vigoroso o un total de 10.000 pasos al día.


Los beneficios del ejercicio físico efectuado con regularidad y moderación no suponen, ahora mismo, ningún tipo de controversia. Pero sí lo han supuesto tradicionalmente el tiempo dedicado y la intensidad empleada. Pedro Conthe, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Interna, SEMI, asegura que los pacientes que cumplen con el objetivo de los 30 minutos de ejercicio moderado al día «mejoran en todos los parámetros de riesgo cardiovascular y descienden peso y grasa corporal en pocas semanas». En una mesa redonda sobre deporte y salud celebrada recientemente, en la que han tomado parte médicos internistas y deportistas de elite retirados de la competición, como el tenista Àlex Corretja o el jugador de baloncesto (y también médico) Juan Antonio Corbalán, Conthe abordó también los aspectos más cuantitativos de la práctica de ejercicio, que son los necesarios para seguir pautas concretas.
«El tratamiento médico de todo paciente diabético o en riesgo de sufrir diabetes debe incorporar rutinariamente un programa de ejercicio físico», subrayó Conthe. Corbalán resumió en su intervención las precauciones que se debe tener muy en cuenta al realizar ejercicio físico intenso para evitar lesiones, y Corretja abordó, desde su perspectiva personal, la experiencia de programar un esfuerzo físico a nivel competitivo y la sensación de bienestar que se deriva de la práctica deportiva como una rutina vital.

Evidencia científica
Diversos estudios europeos y americanos han demostrado en los últimos años que mediante un programa de ejercicio físico regular, combinado con otras medidas terapéuticas generales (sobre todo con una dieta hipocalórica) se puede prevenir un número importante de casos de diabetes tipo 2, hasta un 60%. En pacientes con insuficiencia cardiaca (la primera causa de hospitalización en mayores de 65 años en España), Conthe añade que un programa de ejercicio físico reduce hasta la mitad los ingresos hospitalarios.

En pacientes con insuficiencia cardiaca, un programa de ejercicio físico reduce hasta la mitad los ingresos hospitalarios

«El ejercicio físico se ha mostrado más eficaz en todos los estudios que la mera intervención farmacológica, y hoy día se considera una prioridad médica la instauración de un programa de ejercicio en pacientes diabéticos como primer escalón terapéutico», explica este experto. Según Conthe, es el médico quien debe establecer y monitorizar pautas de ejercicio personalizadas, adaptadas a la situación funcional y la capacidad de cada paciente. «Los pacientes en quienes se consigue una buena motivación y que cumplen con este objetivo mejoran en todos los parámetros de riesgo cardiovascular y descienden peso y grasa corporal en muy pocas semanas», insiste el especialista.

Dulce inconsciencia
Registros de pacientes diabéticos llevados a cabo por la SEMI evidencian que la mitad de los enfermos diabéticos desconoce cuáles son los niveles óptimos de glucosa y tampoco es consciente del grave riesgo cardiovascular que la diabetes conlleva. «El riesgo de un primer infarto para un paciente con diabetes es equiparable al de un segundo infarto en un paciente sin diabetes previamente infartado», según añade Conthe. El estudio DICAMI, una revisión que analiza los parámetros entre diabetes y patología cardiovascular, revela que la mayoría de los pacientes con diabetes que ingresan en los servicios de medicina interna de los centros hospitalarios lo hace por problemas cardiovasculares, sobre todo insuficiencia cardiaca.
El 27% son personas de edad avanzada con múltiples problemas de salud que muere en el plazo de un año, debido a que ingresan en un estado muy avanzado de la enfermedad y a que en muchas ocasiones es ya demasiado tarde para ofrecer un tratamiento efectivo contra la dolencia cardiaca. Conthe hace un llamamiento: «hay que hacer un mayor hincapié en la prevención de estas enfermedades cardiovasculares y dar mayor importancia a los riesgos que conlleva la diabetes».

Por su parte, el estudio REDIMI se encargó de identificar el perfil del paciente que acude a las consultas ambulatorias de medicina interna y reunió datos de 120 médicos de toda España, obtenidos de más de un millar de pacientes. Según los resultados del trabajo, las características de los pacientes ambulatorios son muy distintas a las de los hospitalizados, con una edad media más joven, mayor autonomía funcional y mejor función cognitiva. En ambos registros Conthe destaca que se ha podido observar también que el 80% de los diagnósticos de diabetes se acompañan de cuadros de obesidad, y que la mayoría de los pacientes que acude a las consultas de medicina interna han sido remitidos desde atención primaria.

Insuficiencia Cardíaca, punto débil
La insuficiencia cardiaca afecta a un 20% de los españoles y españolas de más de 75 años. Considerada como la epidemia más grave del siglo XXI, se estima que su incidencia no cejará hasta duplicar la actual y que lo hará en menos de dos décadas. Tan disparada prevalencia se relaciona con el envejecimiento progresivo de la población y la mayor supervivencia en enfermedades cada vez menos mortales, como la cardiopatía isquémica o la hipertensión arterial.

Otro problema importante de salud pública es que la insuficiencia cardiaca supone el motivo más frecuente de ingreso hospitalario, con alrededor de 100.000 ingresos hospitalarios por año en España. Las dos causas más importantes del desarrollo de insuficiencia cardiaca son la cardiopatía isquémica y la hipertensión arterial, y las normas preventivas pasan por unos hábitos de vida saludables, frenar la obesidad, el tabaquismo, la dislipemia y la diabetes. Otra estrategia más clínica consiste en la identificación precoz de individuos hipertensos y en la instauración de un tratamiento hipotensor.
Jordi Casademont, internista del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, asegura precisamente que un programa de ejercicio físico puede reducir hasta la mitad los ingresos hospitalarios por esta enfermedad y anuncia la próxima elaboración, por parte de la SEMI, de un registro nacional de insuficiencia cardiaca.